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6 de noviembre de 2008

Walmartización universitaria

En economía se conoce como oligopolio la condición de mercado en que un número limitado de proveedores concentran la oferta de determinados bienes o servicios. En la práctica, el oligopolio ocurre fundamentalmente como una tendencia y un proceso: la concentración, en unas cuantas firmas, ya sea de la producción, distribución o la venta de bienes de consumo.

El proceso de concentración corporativa de los mercados se explica por diversas razonas, entre otras: el grado de especialización del producto, el poder económico relativo de los competidores, o las reglas de control sobre determinados mercados, que facilitan u obstaculizan condiciones de competencia abierta.
 
En el mercado del comercio minorista, en que las tiendas de autoservicio tienden a predominar sobre otras modalidades de oferta, se identifica al corporativo Wal-Mart como el “jugador” más destacado. Según consigna la Wikipedia, esta firma es “la más grande minorista del mundo, y por sus ventas y número de empleados, la mayor compañía del mundo”. Según la revista Forbes, si Wal-Mart fuera un país ocuparía el lugar 31 en la clasificación económica.
 
En México la presencia de Wal-Mart se remonta a principios de los años noventa con la alianza, a partes iguales, entre esa compañía y la mexicana Cifra. En 2000 desaparece Cifra Wal-Mart, dando lugar a Wal-Mart de México. En la actualidad, la firma concentra, en nuestro país, las compañías Wal-Mart Supercenter. Bodega Aurrerá, Superama, Sams Club, Suburbia y Vip´s. Además, desde 2007, se iniciaron las operaciones del llamado Banco Wal-Mart.
 
La “filosofía” empresarial de Wal-Mart se sustenta en altos volúmenes, bajos precios y, también, bajos salarios y deplorables condiciones de trabajo. La firma ha ganado una mala reputación como patrón en múltiples países, incluido Estados Unidos. En México, además de varias disputas en torno a la ubicación de los almacenes en determinadas zonas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación falló contra la práctica de complementar el salario con vales canjeables sólo en las tiendas del corporativo (septiembre de 2008).
 
Wal-Mart es un ejemplo claro de oligopolio. Su presencia en los mercados locales ha obligado al resto de los competidores ya sea a retirarse del segmento, o bien a actuar con referencia a los precios y a las prácticas del gigante. En este sentido, hablar de “walmartización” asienta la hipótesis de tendencias y dinámicas semejantes en otros mercados y segmentos. Para nuestro tema, la cuestión es: ¿con la participación de proveedores transnacionales en el sector privado de educación superior está ocurriendo, o hay condiciones para que ocurra, una pauta de oligopolización de la oferta?
 
Por lo pronto, en este aspecto, la tendencia visible se concentra en torno a la presencia en México del corporativo Laureate Education Inc., a través de la Universidad del Valle de México (UVM), la Universidad Tecnológica de México (Unitec) y otras escuelas de estudios superiores en varios puntos del territorio nacional. En otros artículos hemos descrito la operación de compra-venta de la UVM por el grupo Sylvan Education, más tarde Laureate Education, la ampliación de operaciones a partir del año 2000, y la reciente incorporación de la Unitec al consorcio. Apenas el 8 de julio de este año se finiquitó la adquisición de esta universidad (con más de 40 mil estudiantes de licenciatura y posgrado) por el grupo Laureate-UVM.
 
La compra de Unitec fue precedida, es un requisito legal, de un dictamen de la Comisión Federal de Competencia (CFC, expediente CNT-002-2008) en el cual se analiza “el impacto de la operación (la concentración UVM-Unitec) sobre la competencia”. Dicho dictamen, al considerar la oferta de estudios superiores entre ambas instituciones en el Distrito Federal, concluye: “UVM y Unitec probablemente no sean parte del mismo mercado relevante, ya que (…) el tipo de servicios que ofrecen ambas universidades presenta marcados contrastes entre sí; el costo total de los programas de una y otra institución también difiere considerablemente; y la evoluación de sus precios y matrículas en los últimos años también sugiere que los servicios prestados por UVM y Unitec tienen demandas relativamente discímiles. En esa localidad (el DF), por lo tanto, la operación notificada no tendría efectos adversos sobre la competencia”.
 
Sobre las localidades de Guadalajara y Monterrey, el dictamen de la CFC agrega: “aunque la información disponible es mucho más escasa que para la Ciudad de México, ella sugiere que el grado de sustitución entre los servicios de una y otra institución sería limitado. Nuevamente, el tipo de servicio ofrecido por ambas instituciones en estas dos localidades presenta marcados constrastes y el costo total de los programas de UVM es sustancialmente más elevado que el de los programas de Unitec.
 
Al igual que en la Ciudad de México, en estas localidades la operación notificada tampoco tendría efectos adversos sobre la competencia en la provisión de servicios de educación superior”.
El dictamen de la CFC fue emitido el 29 de mayo de 2008. A la fecha, en el portal de UVM se anuncian “tres nuevos campus, Coyoacán, Cumbres y Zapopan”, es decir, las anteriores sedes de la Unitec en el Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara. Cierto es que la Unitec conserva, con esa denominación, cinco sedes en el DF y zona conurbada: Atizapán, Ecatepec, Cuitláhuac, Marina Nacional y Sur, y que declara (en su portal web) que “la Unitec permanecerá y conservará su misión, filosofía institucional y modelo educativo que la han convertido en una de las instituciones educativas de mayor prestigio en México”. Será, pero, por lo pronto, tres de sus sedes hoy se llaman UVM.

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