Desde el inicio de la presidencia de Vicente Fox Quezada, se buscó modernizar
la administración pública federal mediante la certificación de calidad de la
mayoría de los procesos gubernamentales de gestión. En el Plan Nacional de
Desarrollo 2001-2006, dentro del capítulo dedicado al “Buen Gobierno”, se
estableció el siguiente propósito general: “A través de la innovación, buscaremos
remplazar los sistemas burocráticos por sistemas emprendedores, que transformen
a las organizaciones públicas en elementos de mejora y desarrollo, mediante un
cambio profundo de cultura, que permita la evolución de los enfoques
tradicionales hacia enfoques visionarios y de futuro, que permitan encontrar
solución a los grandes problemas nacionales.”
De este modo, a través de la Oficina de la Presidencia para la Innovación
Gubernamental, instancia administrativa que formó parte de la Oficina Ejecutiva
de la Presidencia de la República, se buscó generalizar, mediante distintos
incentivos, que todas las áreas del gobierno obtuvieran certificados
correspondientes a las normas ISO-9000 establecidas por la Organización
Internacional de Normalización, con sede en Ginebra, Suiza, desde 1984 (sobre
este punto, véase el interesante artículo de Feike de Jong, “El imperio del
ISO”, Expansión, núm. 878, pp. 171-176, 2003).
En este contexto, durante la reunión del Comité Técnico ISO/TC 176 del ISO,
celebrada en Birmingham, Inglaterra, en octubre de 2001, la delegación mexicana
propuso la idea de desarrollar lineamientos para la aplicación del ISO-9000 en
el sector educativo. En diciembre del mismo año, la iniciativa fue tomando forma
a través del trabajo conjunto de la Dirección General de Normas de la Secretaría
de Economía, por la SEP a través de la Unidad Coordinadora y Administradora del
Proyecto para la Modernización de la Educación Técnica y la Capacitación
(UCAPMETyC), y por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
En 2002 el grupo mexicano convocó a la realización de un taller internacional
que se celebró en Acapulco, Guerrero, del 18 al 21 de octubre con la presencia
de quince países.
En la reunión de Acapulco la presidencia del SNTE encabezó los trabajos del
grupo. A ella acudieron delegados de Alemania, Argentina, Australia, Brasil,
Canadá, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Inglaterra, Suecia y
Venezuela, así como un nutrido grupo de observadores. La guía fue aprobada con
modificaciones y se nombró un comité editorial para redactar la versión
definitiva, la cual se emitió en junio de 2003. En noviembre del mismo año, el
estándar fue registrado y publicado por la ISO con la denominación “IWA-2:
Quality management Systems: Guidelines for the application of ISO 9001:2000 in
education”. La IWA-2 sirve para que las organizaciones educativas cuenten con
una guía práctica que les permita obtener la certificación internacional de
calidad de los procesos administrativos y de gestión contemplados en las normas
del ISO.
A partir de entonces se inició una segunda fase del proceso, la traducción al
español de la guía y su registro como norma mexicana, proceso que habría de
culminar con emisión de la NMX-CC-IMNC-2004. Asimismo, en seguimiento de los
acuerdos del taller de Acapulco, se integró un grupo de gestión para difundir la
guía y lograr consenso internacional al respecto.
En noviembre de 2006 se celebró otro taller sobre la IWA-2, esta vez en
Busan, Corea, en el cual se revisó el estándar de 2003. En Busan se aprobaron
las modificaciones que se plasmarían en la actual versión de la guía: la IWA-2:
2007, aprobada y registrada por el ISO. En el taller de Busan la representación
mexicana fue encabezada por el grupo líder de la iniciativa IWA: la maestra Elba
Esther Gordillo, en representación del SNTE, el maestro Juan Martín Martínez
Becerra, director general de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativa
(SEP), y el doctor José Antonio Luviano Lomelí, de la consultora Luviano y
Asociados Consultores.
El 21 y 22 de mayo de 2007 se celebraron las sesiones plenarias del IV
Congreso Nacional de Educación organizado por el SNTE. En ese contexto, como
parte de las conclusiones del Congreso, la organización sindical propuso la
formulación de una Norma Oficial Mexicana (NOM) relativa a la calidad educativa.
El Programa Sectorial de Educación 2007-2012, publicado en noviembre de 2007,
incluyó dicha recomendación entre las acciones a desarrollar en el ámbito de la
educación básica. Más tarde, en mayo de 2008, el SNTE hizo público el documento
“Propuesta de anteproyecto de Norma Oficial Mexicana del Servicio de Calidad en
la Educación Básica Obligatoria”, en la cual hay un propuesta de definición
operativa sobre la calidad educativa, los indicadores y estándares la describen,
así como las instancias que, según la propuesta del SNTE, se encargarían de
supervisar, comprobar y certificar su cumplimiento en los centros escolares.
Entre el 19 y el 23 de mayo de 2008 se celebró una reunión plenaria del
ISO/TC 176 en Novi Sad, Serbia. A ella acudió la presidenta del SNTE para
presentar el estado de avance de la IWA-2 pero también para difundir, al seno de
la comunidad internacional de certificación de calidad, el enfoque y contenido
del proyecto de NOM.
¿Cómo se relacionan estos instrumentos, es decir los estándares de
certificación de la calidad de gestión de las organizaciones educativas y la
propuesta de NOM, con la postura sindical en torno a la evaluación de los
docentes? A eso la próxima semana.