Al programa estadunidense H1B para trabajadores temporales extranjeros con un
alto perfil de escolaridad y desempeño especializado, podríamos dedicar varias
entregas más de la serie por sus implicaciones en el fenómeno de fuga de
cerebros y por el fuerte debate que ha suscitado desde su implantación hasta la
fecha. No obstante, es oportuno centrar ahora el análisis sobre la presencia de
migrantes mexicanos en el mismo.
La semana pasada comentamos el dato de que el número de migrantes temporales
mexicanos por la vía H1B pasó de 10 mil 79 en 1998 a 16 mil 382 en 2008,
conservando la proporción de 4 por ciento en el total de visas emitidas. Los
datos de ambos años son datos del stock migratorio y no nuevos ingresos. Como
las visas se conceden por un periodo de tres años, renovable por otro de igual
extensión, el stock de un año dado representa la suma de varias generaciones de
ingresos. Es válida, sin embargo, la interpretación: en 2008 trabajaban en EU 16
mil 382 mexicanos contratados mediante el programa H1B.
¿Eso es mucho o poco? Depende cómo se mire. Un primer elemento de ponderación
se desprende del contraste con la migración de otros países. Las cifras del
programa sobre este aspecto revelan una notable asimetría. En 2008, 13 países
recibieron 73.7 por ciento de las visas otorgadas, pero uno solo, India,
concentró más de una tercera parte: 37.8 por ciento del total. A India siguen,
en orden de importancia, Canadá y Reino Unido, ambos países con participaciones
en torno a 5 por ciento. Inmediatamente después México (4.0 por ciento) y China
(3.4 por ciento).
O sea que México ocupa la cuarta posición en la distribución de visas H1B y
la primera de Iberoamérica. Después de México, otros países de la región con un
número significativo de visas son Venezuela (8 mil 293), Colombia (8 mil 102),
Brasil (7 mil 761) y Argentina (6 mil 583). Esto significa, por ejemplo, que los
mexicanos ocupan tantas visas H1B como los migrantes argentinos y brasileños
sumados.
Ahora bien, si se toman en cuenta las diferencias de tamaño poblacional de
los países, la prelación cambia mucho. Mientras Canadá cuenta con 46 visas H1B
por cada 10 mil personas integrantes de la población en edad económicamente
activa (individuos entre 15 y 64 años de edad), el dato para China es de una
visa cada 100 mil integrantes del mismo segmento de población. Incluso la India,
que predomina sesgadamente en la distribución, tiene 2.1 visas por cada 10 mil,
proporción similar a la de México, Francia, Alemania, Corea, Colombia y
Argentina.
Otras cifras con que se puede ponderar la magnitud del fenómeno son la
cantidad de profesionistas que forman parte de la PEA mexicana y, más aún, la
cifra de posgraduados. Aunque ambas magnitudes son imprecisas en las fuentes de
información disponibles, alguna estimación es factible. La cantidad de
profesionistas en México, es decir personas que terminaron estudios superiores y
obtuvieron títulos profesional, puede situarse en entre 3 y 3 y medio millones
de individuos. Dentro de este conjunto, la proporción de migrantes en el
programa H1B no es gran cosa, algo más de medio punto porcentual. La cosa cambia
cuando el universo de referencia no son los profesionistas, sino los
posgraduados; pero, ¿cuántos mexicanos han obtenido un posgrado?
Esta última cifra no es fácil de estimar. Una aproximación gruesa sería entre
150 mil y 200 mil porque, de 1970 a 2008, el número de inscritos en
especialidades, maestrías y doctorados suma alrededor de 350 mil. Sin tomar en
cuenta la mortalidad e imputando una generosa tasa de eficiencia terminal de 50
por ciento, se obtiene el rango indicado. Bien, sobre ese total los trabajadores
temporales mexicanos en EU dentro del programa representan más de 10 por ciento,
lo cual no es irrelevante.
Una última comparación: la cantidad de profesionistas y posgraduados
mexicanos que trabajan en EU con visa H1B supera a la de integrantes del Sistema
Nacional de Investigadores. En fin, la próxima semana revisaremos las visas
TLCAN.