Ya se conocen los resultados 2009 de los tres rankings de cobertura
internacional más populares el Academic Ranking of World Universities (ARWU), el
World Universities Rankig, publicado por el Times Higher Education, y el Ranking
Mundial de Universidades en la Red, más conocido como Webometrics. En esta
colaboración se describen las características básicas de cada uno y se comentan
los resultados de las universidades de Iberoamérica este año. La presentación de
resultados se limita sólo a las instituciones que alcanzaron presencia en los
tres rankings.
El ranking de Shangai
Originalmente, el ARWU fue producido y publicado por académicos del Instituto
de Educación Superior y del Centro para Universidades de Clase Mundial de la
Escuela de Posgrado de Educación de la Universidad Jiao Tong (Shangai, China),
bajo el comando de Nian Cai Liu.
Según informa el profesor Liu, el propósito inicial del ARWU consistía en
“indagar la posición que ocupan las universidades chinas en el mundo, así como
medir la brecha que las separa de las principales universidades de clase
mundial” (Liu, 2008). Este propósito se articulaba con las metas y objetivos del
llamado Proyecto 985 lanzado por el gobierno del presidente Jiang Zemin
(1993-2003) en 1998 y renovado a partir de 2004.
El Proyecto 985 consiste en
focalizar recursos gubernamentales para que un grupo de universidades alcance
los estándares académicos de las mejores universidades del mundo. El grupo
inicial de instituciones beneficiadas con fondos del proyecto fueron las
universidades de Beijing, Tsinghua, Fudan, Zhejiang, Nanjing, Jiao Tong, Xi´an
Jiao Tong, el Instituto de Tecnología Harbin, y la Universidad de Ciencia y
Tecnología de China. Las primeras dos universidades de la lista recibieron
financiamiento para mejoras académicas y organizativas por el equivalente a 250
millones de dólares y el resto aproximadamente 150 millones de dólares, en ambos
casos para programas de desarrollo quinquenales. La ampliación 2004 del proyecto
dio cabida a otras treinta universidades, preservándose el objetivo de llevar a
la mayoría de estas instituciones al nivel de la élite mundial universitaria
(Mohrman, 2005).
En el sentido indicado, el ARWU fungiría como un barómetro para medir los
avances de la política de educación superior del gobierno. Pero, más temprano
que tarde, sobrepasó las fronteras de China para ubicarse como una referencia
clave en el ambiente de los rankings universitarios.
En 2001 se reportaron resultados al gobierno, y en 2003 se lanzó en internet
una primera versión pública del ranking traducido al inglés. Con ligeros ajustes
esta clasificación ha conservado su estructura, así como los indicadores,
criterios y método de ponderación para determinar los lugares que ocupan las
universidades del mundo. Según sus autores, más o menos 12 mil universidades son
evaluadas, aunque se reportan resultados sólo de las primeras quinientas.
Al ser el primero en su género, el ranking ARWU ha dado lugar a todo tipo de
reacciones. En el campo académico se ha debatido su pertinencia como instrumento
de medición de la calidad educativa de las instituciones (Van Raan, 2005), y se
ha cuestionado la relativa opacidad de la medición (Florian, 2007). El impacto
mediático ha sido particularmente notable. A cada edición de este ranking
proliferan las notas informativas en diarios, revistas y otros medios de
comunicación, en especial cuando la clasificación favorece o castiga a las
universidades del país al que corresponden los medios. Para el lector
interesado, en Ordorika y Rodríguez Gómez (2008) se ofrece una muestra de notas
informativas de varios países que documentan las reacciones tras la publicación
de este ranking.
A partir de 2007, el ARWU añadió un nuevo producto, denominado ARWU-FIELD.
Este consiste en clasificaciones de universidades por campo de conocimiento. Se
consideran cinco áreas: Ciencias Naturales y Matemáticas; Ingeniería, Tecnología
y Ciencias de la Computación; Ciencias de la Vida y Agricultura; Medicina
Clínica y Farmacia; y Ciencias Sociales. La metodología es básicamente la misma
que la del ranking general.
No obstante, hay algunas diferencias. En primer lugar, se elimina el criterio
de productividad en investigación basado en los artículos publicados en Nature y
Science. Se agrega la variable “TOP” que significa la publicación de artículos
en las primeras veinte revistas de cada campo, clasificadas por su índice de
impacto bibliométrico. En el área de disciplinas tecnológicas se eliminan los
indicadores referidos a la obtención de reconocimientos y se agrega otra
variable: la obtención de fondos mediante proyectos. Por último, el rango
temporal para ponderar los reconocimientos recibidos se calcula a partir de 1951
en vez de 1901.
El cambio más relevante de este ranking acaba de ocurrir este año. No tiene
que ver con la metodología, sino se deriva de que a partir de 2009 el ARWU se
publicará por la consultora denominada ShanghaiRanking Consultancy, encabezada
por el propio Nian Cai Liu, creador del ranking. En la página web del ARWU se
describe a la nueva agencia como una organización “completamente independiente”.
Además, se señala que la consultora proveerá en el futuro próximo “varios tipos
de comparación global y un análisis a profundidad de las universidades de
investigación, dando soporte a la toma de decisiones relevantes de gobiernos
nacionales y universidades en el contexto global.” Como se verá en seguida, el
grupo de Shangai no hace sino seguir la pista en que ha evolucionado el ranking
competidor, es decir, el que publica el Times Higher Education.
El ranking del Times
Un año después de darse a conocer el ARWU, la publicación británica Times
Higher Education Supplement sacó a la luz un ranking universitario internacional
alternativo. La calisificación del THES otorgó un peso relativo importante a
variables de prestigio, basadas en encuestas de opinión a académicos y
empleadores.
En la primera edición (2004) únicamente se contabilizó la opinión
de los académicos (peer review score). A partir de 2005 se añadió la opinión de
“empleadores globales”. Para recoger y sistematizar la información relevante, este ranking ha formado
un consorcio, originalmente integrado por la consultora QS Ltd (Quacquarelli
Symonds), encargada de elaborar y procesar las encuestas de opinión, y la
consultora Evidence, firma que cumple la tarea de integrar la base bibliométicra
de referencia, así como los datos de insumo-producto de las instituciones (la
proporción de académicos y estudiantes extranjeros; la proporción entre planta
docente y estudiantes, así como la proporción de citas académicas en índices
internacionales contra el número de académicos contratados).
A diferencia del ARWU, el ranking Times, actualmente denominado THE-QS (Times
Higher Education y Quacquarelli Symonds), ha variado la metodología
prácticamente en cada edición. En 2004 se construyó un índice de mil puntos con
base en los indicadores “revisión de pares” (50 por ciento), “calidad docente”
(20 por ciento), “citas académicas” (20 por ciento), “planta académica
internacional” (5 por ciento), y “estudiantes extranjeros” (5 por ciento). En
2005, además de cambiar la escala a cien puntos, se desglosó la variable
“revisión de pares” en dos indicadores, uno sobre prestigio de la investigación
(40 por ciento) y el otro sobre opinión de empleadores (10 por ciento). La
versión 2006 es igual a la 2005, aunque con ligeros cambios. Por ejemplo, el
periodo de cálculo de las citas académicas, que en 2004 y 2005 era de diez años,
en 2006 se redujo a cinco; además se amplió la muestra de empleadores y
académicos encuestados.
En 2007 se introdujo el uso de valores “Z” (puntajes estandarizados) en lugar
de valores proporcionales referidos a la puntuación más alta. El nuevo método
otorgó puntos a cada institución con base en la calificación promedio de cada
variable, lo que al parecer evitaba las grandes brechas entre puntajes
observadas en ejercicios previos. Otra diferencia de peso radica en la
construcción del indicador de estudiantes por académico. Antes sólo se dividía
la matrícula entre el total de académicos, sin distinción entre tiempos
completos y parciales. Esta vez se buscó construir un indicador de “académicos
de tiempo completo”, que suma al personal en esa situación la cantidad requerida
de académicos por horas para integrar individuos de tiempo completo.
Asimismo, a partir de 2007 se cambió la base bibliométrica de referencia.
Hasta entonces se había empleado la ISI-Thomson Web of Science, pero ese año se
acordó utilizar la Elsevier-SCOPUS de reciente creación. En 2009 el gigante
editorial Thomson adquirió la consultora Evidence, lo que dio lugar a
reconsiderar la decisión de cambio. Por ello, no este año (2009), pero el
próximo se retornará al uso de la base ISI.
Desde 2008 el ranking THE-QS es publicado en dos versiones, la que se difunde
en el portal del Times Higher Education, y el producto “Top Universities
Rankings”, difundido en el portal de Quacquarelli Simonds. La diferencia
principal es que en la página del THE sólo se incluyen las primeras doscientas
universidades, mientras que en QS se ofrece la lista completa (más de
seiscientas). Además, siguiendo la ruta del ARWU, este ranking también ofrece
clasificaciones por área de conocimiento.
A partir de 2009 se iniciará un mecanismo de consultoría, basado en el
producto “Top Universities Tour”, que es una gira de conferencias (ya hay varias
ciudades programadas para 2010), en las cuales el dueño de QS ofrece una
explicación a profundidad de la metodología del ranking así como consejos y
“buenas prácticas” para avanzar en el mismo.