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4 de junio de 2009

Fuga de cerebros mexicanos, ¿realidad preocupante o mito genial? Novena parte

En el transcurso de la década 2000, el programa estadunidense H1B, enfocado a la atracción de científicos y profesionistas altamente calificados, ha registrado variaciones cuantitativas y cualitativas, ha sido tema de debate en diversos círculos de opinión y en el Congreso, y también objeto de estudio central en el análisis de la fuga de cerebros.

Como vimos hace una semana, la categoría de visas H1B fue generada a partir de la reforma a la Ley de Inmigración de EU de 1990. La primera generación de trabajadores al amparo del programa data de 1992. De ese año a 1996 operó el límite legal de 65 mil nuevos permisos por año, barrera que fue rota en 1997 con la autorización provisional del doble de la cuota. En 1998 el Congreso aprobó una nueva regulación, que tendría efecto inmediato sobre el programa: el Acta para Mejorar la Competitividad Americana y la Fuerza de Trabajo (ACWIA, por sus siglas en inglés). Esta disposición incrementó el tope legal a 115 mil nuevas visas para 1999 y 2000, y 107 mil 500 para 2001 (fuente: United States General Accounting Office, H1B Foreign Workers, 2000).
 
En el marco del endurecimiento de la política migratoria estadunidense a partir del 11 de septiembre de 2001, el Congreso retornó a la cuota original de 65 mil nuevas visas por año. No obstante, en 2004 se aprobó el Acta de Reforma de la Visa H1B (efectiva desde mayo de 2005), a través de la cual se generó una cuota adicional, de 20 mil visas por año, para candidatos con grado de maestría o superior emitido por una universidad de EU u otra institución extranjera reconocida. En 2006 se ratificó la no limitación por cuota en beneficio de universidades y centros de investigación no lucrativos, y se precisaron criterios para que agencias gubernamentales y no gubernamentales dedicadas a la investigación científica pudieran aprovechar los criterios de exención (véase USCIS Guidance on H1B Cap Exemptions, 2006).
 
Aunque de 2005 a 2009 ha prevalecido el sistema de cuotas 65+20, cada año la fecha de corte para la recepción de solicitudes ha tenido que retroceder. Mientras que en 2005 el límite de solicitudes se alcanzó en octubre, en 2008 y 2009 el límite fue cubierto en la primera semana de abril. A raíz de la firma de acuerdos de libre comercio con Chile y Singapur, ambos en 2003, se estableció una categoría especial de visas H1B con cuotas específicas al margen de los límites del programa. Para México y Canadá está vigente tanto el programa de visas TLCAN para profesionales como la opción de visas H1B sujetas a cuota.
 
La administración del presidente Barack Obama ha proyectado una doble señal sobre el programa. Por un lado, desde los discursos de campaña y con más intensidad en el posicionamiento del Ejecutivo tras los anuncios de la actual recesión económica, se perfila una política preferente a la fuerza de trabajo local. Un ejemplo es la incorporación en el paquete de medidas para la recuperación económica (American Recovery and Reinvestment Act, 2009) de la regla según la cual las empresas que reciban asistencia del gobierno deben garantizar prioridad al empleo de ciudadanos estadunidenses. Por otro lado, los enunciados del gobierno de redoblar el impulso a la educación superior, la ciencia, la tecnología, la innovación y la competitividad parecen congruentes con los fundamentos del programa. Habrá que esperar, en los hechos, la decisión del Congreso sobre la permanencia o transformación de las visas H1B y, en todo caso, las nuevas disposiciones sobre cuotas.
 
El programa autoriza el ingreso temporal de trabajadores como profesionales en tecnologías informáticas; científicos, académicos universitarios y profesores de educación básica; ingenieros; profesionales de la salud (enfermeras, médicos, dentistas y sicólogos); contadores; analistas y consultores en finanzas, mercados y sistemas; abogados; arquitectos; periodistas y editores. La lista añade un tipo especial, las modelos de modas. Como dato curioso, las top-models no suelen ingresar con visas H1B, sino con visas O1, destinadas a “personas con habilidades y logros extraordinarios.”
 
En los últimos diez años (1998 a 2008) la existencia total de visas H1B (nuevas más renovaciones), incluyendo las sujetas al tope legal y las autorizadas a centros académicos exentos del límite cuantitativo, observa una tendencia de crecimiento al pasar de 240 mil 947 en 1998 a 409 mil 619 en 2008, con un pico de 461 mil 730 en 2007. Con algunas oscilaciones, la participación de mexicanos en el programa se ha mantenido en torno de 4 por ciento del total. En términos absolutos, la cantidad de mexicanos usuarios de las H1B pasó de poco más de 10 mil en 1998 a más de 18 mil en el año cúspide (2007). El último dato (2008) es de 16 mil 382, lo cual representa 4 por ciento del total de visas del programa. ¿Es poco, es mucho? Lo discutiremos la próxima semana.

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