En el transcurso de la década 2000, el programa estadunidense H1B, enfocado a
la atracción de científicos y profesionistas altamente calificados, ha
registrado variaciones cuantitativas y cualitativas, ha sido tema de debate en
diversos círculos de opinión y en el Congreso, y también objeto de estudio
central en el análisis de la fuga de cerebros.
Como vimos hace una semana, la categoría de visas H1B fue generada a partir
de la reforma a la Ley de Inmigración de EU de 1990. La primera generación de
trabajadores al amparo del programa data de 1992. De ese año a 1996 operó el
límite legal de 65 mil nuevos permisos por año, barrera que fue rota en 1997 con
la autorización provisional del doble de la cuota. En 1998 el Congreso aprobó
una nueva regulación, que tendría efecto inmediato sobre el programa: el Acta
para Mejorar la Competitividad Americana y la Fuerza de Trabajo (ACWIA, por sus
siglas en inglés). Esta disposición incrementó el tope legal a 115 mil nuevas
visas para 1999 y 2000, y 107 mil 500 para 2001 (fuente: United States General
Accounting Office, H1B Foreign Workers, 2000).
En el marco del endurecimiento de la política migratoria estadunidense a
partir del 11 de septiembre de 2001, el Congreso retornó a la cuota original de
65 mil nuevas visas por año. No obstante, en 2004 se aprobó el Acta de Reforma
de la Visa H1B (efectiva desde mayo de 2005), a través de la cual se generó una
cuota adicional, de 20 mil visas por año, para candidatos con grado de maestría
o superior emitido por una universidad de EU u otra institución extranjera
reconocida. En 2006 se ratificó la no limitación por cuota en beneficio de
universidades y centros de investigación no lucrativos, y se precisaron
criterios para que agencias gubernamentales y no gubernamentales dedicadas a la
investigación científica pudieran aprovechar los criterios de exención (véase
USCIS Guidance on H1B Cap Exemptions, 2006).
Aunque de 2005 a 2009 ha prevalecido el sistema de cuotas 65+20, cada año la
fecha de corte para la recepción de solicitudes ha tenido que retroceder.
Mientras que en 2005 el límite de solicitudes se alcanzó en octubre, en 2008 y
2009 el límite fue cubierto en la primera semana de abril. A raíz de la firma de
acuerdos de libre comercio con Chile y Singapur, ambos en 2003, se estableció
una categoría especial de visas H1B con cuotas específicas al margen de los
límites del programa. Para México y Canadá está vigente tanto el programa de
visas TLCAN para profesionales como la opción de visas H1B sujetas a cuota.
La administración del presidente Barack Obama ha proyectado una doble señal
sobre el programa. Por un lado, desde los discursos de campaña y con más
intensidad en el posicionamiento del Ejecutivo tras los anuncios de la actual
recesión económica, se perfila una política preferente a la fuerza de trabajo
local. Un ejemplo es la incorporación en el paquete de medidas para la
recuperación económica (American Recovery and Reinvestment Act, 2009) de la
regla según la cual las empresas que reciban asistencia del gobierno deben
garantizar prioridad al empleo de ciudadanos estadunidenses. Por otro lado, los
enunciados del gobierno de redoblar el impulso a la educación superior, la
ciencia, la tecnología, la innovación y la competitividad parecen congruentes
con los fundamentos del programa. Habrá que esperar, en los hechos, la decisión
del Congreso sobre la permanencia o transformación de las visas H1B y, en todo
caso, las nuevas disposiciones sobre cuotas.
El programa autoriza el ingreso temporal de trabajadores como profesionales
en tecnologías informáticas; científicos, académicos universitarios y profesores
de educación básica; ingenieros; profesionales de la salud (enfermeras, médicos,
dentistas y sicólogos); contadores; analistas y consultores en finanzas,
mercados y sistemas; abogados; arquitectos; periodistas y editores. La lista
añade un tipo especial, las modelos de modas. Como dato curioso, las top-models
no suelen ingresar con visas H1B, sino con visas O1, destinadas a “personas con
habilidades y logros extraordinarios.”
En los últimos diez años (1998 a 2008) la existencia total de visas H1B
(nuevas más renovaciones), incluyendo las sujetas al tope legal y las
autorizadas a centros académicos exentos del límite cuantitativo, observa una
tendencia de crecimiento al pasar de 240 mil 947 en 1998 a 409 mil 619 en 2008,
con un pico de 461 mil 730 en 2007. Con algunas oscilaciones, la participación
de mexicanos en el programa se ha mantenido en torno de 4 por ciento del total.
En términos absolutos, la cantidad de mexicanos usuarios de las H1B pasó de poco
más de 10 mil en 1998 a más de 18 mil en el año cúspide (2007). El último dato
(2008) es de 16 mil 382, lo cual representa 4 por ciento del total de visas del
programa. ¿Es poco, es mucho? Lo discutiremos la próxima semana.