A modo de contexto de los recientes cambios al proceso de admisión escolar
del sistema universitario de España, la semana pasada hicimos referencia a los
modelos seguidos desde la promulgación de la Ley Orgánica de Ordenación General
del Sistema Educativo de España (LOGSE, 1990). Se hizo notar que la Ley Orgánica
de Educación (LOE) aprobada en mayo de 2006 determinó un conjunto de nuevas
reglas y criterios que entraron en vigor a partir de junio de este año. En esta
entrega nos vamos a referir al contenido de la Prueba de Acceso a la Universidad
(PAU), en particular la aplicable a los egresados del bachillerato español.
Si bien la LOE mandata que el ingreso al nivel educativo superior en España
se basará en la combinación de resultados entre el promedio de bachillerato y la
nota obtenida en una prueba única (LOE, artículo 39), las especificaciones,
instancias y procedimientos para la administración de la PAU quedaron plasmados
en una norma reglamentaria que demoró su aprobación hasta noviembre de 2008: el
“Real Decreto 1892 por el que se regulan las condiciones para el acceso a las
enseñanzas universitarias oficiales de grado y los procedimientos de admisión a
las universidades públicas españolas”.
La disposición reglamentaria es amplia (58 artículos, más disposiciones
adicionales, disposiciones transitorias y anexos), contempla todas las fases del
proceso, y considera distintos supuestos y posibilidades en el trámite de
admisión, incluso la solución de inconformidades y controversias.
Ante todo llama la atención, en comparación con las fórmulas de selección de
estudiantes que rigen en nuestro sistema, el grado en cuenta del desempeño
escolar en el bachillerato. El promedio obtenido en este ciclo equivale a 60 por
ciento de la nota final para la admisión. Recuérdese que, en España, se entiende
por “bachillerato” los últimos dos años del ciclo de cuatro que forman el nivel
de enseñanza media —los dos primeros constituyen, desde la reforma de 2006, la
Enseñanza Secundaria Obligatoria. El puntaje restante se obtiene a partir de la
calificación lograda en la PAU.
Se divide la PAU en dos fases: la general y la específica. La general evalúa
“la madurez y destrezas básicas que debe alcanzar el estudiante al finalizar el
bachillerato para seguir las enseñanzas universitarias oficiales de Grado,
especialmente en lo que se refiere a la comprensión de mensajes, el uso del
lenguaje para analizar, relacionar, sintetizar y expresar ideas, la comprensión
básica de una lengua extranjera y los conocimientos o técnicas fundamentales de
una materia de modalidad” (RD, 1892/2008).
La fase general de la PAU es obligatoria y califica para el restante 40 por
ciento de la nota final. Consiste en cuatro ejercicios. El primero es un
comentario escrito sobre un texto no especializado. Se examina el grado de
competencia del sustentante en lengua castellana y literatura. El ejercicio
presenta dos textos de los cuales el aspirante elige uno. En este ejercicio,
nada de opción múltiple, sino demostración de capacidades de lecto-escritura.
El segundo ejercicio se refiere a las materias de historia de la filosofía e
historia de España. El estudiante debe elegir una entre estas dos asignaturas.
La prueba consiste en la lectura de un texto breve (aproximadamente 200
palabras), para el cual se proponen cuatro cuestiones o preguntas, por medio de
las cuales se examina la comprensión de un texto especializado, la capacidad de
respuesta escrita y el dominio de la materia que muestra el estudiante. Tampoco
hay opción múltiple.
El tercer ejercicio es de lengua extranjera. El estudiante, en su solicitud,
indica de cuál entre los idiomas inglés, francés, alemán, italiano o portugués
desea ser examinado. Por último, para el cuarto ejercicio el estudiante escoge,
previamente, una de las materias del último año de bachillerato. A esta parte de
la prueba se denomina “materia de modalidad”. A diferencia de los anteriores,
los ejercicios tercero y cuarto presentan una estructura que combina reactivos
de opción múltiple con preguntas abiertas.
Para la solución de los exámenes de la fase general, el estudiante dispone de
una hora y media en cada uno, con lapsos de descanso de 45 minutos entre los
distintos ejercicios. Cada ejercicio se califica en la escala de uno a diez, se
promedian las notas y se obtiene una nota final: el promedio en la fase general
de la PAU. Nótese que en la fase general ni las matemáticas ni las materias
científicas son obligatorias, aunque en el caso de carreras de ciencia y
tecnología la calificación del examen de modalidad en tales áreas puede
considerarse como un criterio de prelación.
Aunque la fase general puede bastar, junto con el promedio de bachillerato,
para superar los requisitos de ingreso, el aspirante cuenta con la opción de
examinarse en dos materias más de segundo de bachillerato, aunque no las haya
cursado, para mejorar puntuación. Por esta vía (la fase específica) se pueden
obtener hasta cuatro puntos adicionales. Mediante tal opción, la escala de la
PAU se convierte al rango de uno a 14, en lugar de uno a diez. Es requisito, no
obstante, que las dos asignaturas de fase específica sean idóneas para la
carrera que se pretende cursar.
Al cabo del proceso, los aspirantes obtienen una nota final. Con menos de
cinco puntos (obtenidos al combinar, con la ponderación indicada, el promedio de
bachillerato y las notas en las fases de la PAU) se considera que el sustentante
no cumple el requisito de admisión. A partir de ese umbral, el acceso a la
institución y programa de preferencia depende de los puntos que cada universidad
y carrera exigen para ingresar.
Las universidades están obligadas a publicar las “notas de corte” de sus
programas, de modo tal que los aspirantes pueden calcular anticipadamente qué
puntuación requieren para acceder y, por lo tanto, el grado de esfuerzo
requerido para solventar sus expectativas. A la luz de esta información, los
estudiantes pueden también ajustar su elección de carrera y universidad a sus
condiciones objetivas de desempeño.
El proceso descrito, y su significado como alternativa a otras fórmulas de
admisión universitaria, amerita reflexiones y comentarios adicionales. La
próxima semana.